Hoy me regalo un momento para aquietar mi día agitado, para bajar el ritmo y detener la espiral de pensamientos y emociones que me oprimen el pecho.
Necesito sentirme liviana de nuevo. Estos últimos meses han ido llenando la mochila en mi espalda, hasta volverla tan pesada que ya no me deja avanzar.
Hoy quiero liberarme. Hacer limpieza en mi equipaje y quedarme solo con lo esencial. Necesito ser consciente de mis pensamientos, de mis miedos, de mi cuerpo… y recordar que mi bienestar es prioridad.
Dejo que la fe y la gratitud fluyan, que sean ellas quienes me liberen de la preocupación y la ansiedad.
Calma. Paz en el alma. Es lo único que necesito.

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